El nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Francia en Montevideo abogó por “revitalizar” las relaciones entre Uruguay y el país europeoTenía 5 años, en 1941, cuando el comandante del Deutsches Afrikakorps, Erwin Rommel, avanzaba por el norte de África y amenazaba al Egipto en el que había nacido. Sus padres franceses ya conocían de qué eran capaces las fuerzas de Adolf Hitler, por lo que, como tantos, hicieron fila en el consulado inglés para huir, pero no lograron salir. Tiempo después, como parte de la elite europea en Egipto e hijo de un comerciante exitoso, Robert Miles, con 18 años, viajó a París para estudiar en la Escuela de Altos Estudios Comerciales.Las tensiones bélicas en Medio Oriente despertaron en Egipto el odio contra Europa y el golpe de Estado de 1952, hizo las cosas más difíciles: Miles decidió no regresar a su país natal. Sus padres se vieron obligados a abandonar Egipto tiempo después, dejando atrás ahorros y bienes. El padre de Robert decidió emigrar rumbo a Uruguay. Miles siguió sus pasos cuando –con 22 años una esposa y un hijo– quiso darle un nuevo impulso a su vida. “Vi imágenes de la rambla, y pensé que aquello era como el Caribe”, cuenta hoy con una sonrisa.Como empresario trajo a Uruguay las lapiceras Bic, los electrodomésticos Moulinex, las ollas a presión SEB, entre otros. En 2002 la crisis lo obligó a cerrar su empresa y empezar de nuevo como consultor. Hace menos de un mes, Miles está al frente de la Cámara de Comercio Francesa en Montevideo –fundada en 1882, es la primera en su tipo de Francia en el mundo– con el objetivo de “revitalizar” los negocios. En el correr de 2014, la cantidad de empresas asociadas aumentó 30% y hoy llega a 83 firmas.Las exportaciones uruguayas a Francia pasaron de poco más de US$ 28,4 millones en 2009 a US$ 32,8 millones en 2013, según datos de Uruguay XXI. Las ventas principales son productos farmacéuticos, pescados y carne de ave.En tanto, las importaciones crecieron de US$ 75,1 millones en 2009 a US$ 233,8 millones en 2013. Los principales productos importados son partes y accesorios de vehículos, y teléfonos.
¿Cuál fue su primera impresión de Uruguay?
Me encontré a gusto en seguida. Me gustó estar al borde del mar, la gente, los hábitos. Me pareció que se trataba de algo que se estaba iniciando y eso me venía muy bien.
¿Cómo empezó su vida empresarial?
En 1961 traje el bolígrafo Bic, tenía 24 años. En aquel entonces no tenía capital, traía y vendía, traía y vendía. Al principio importaba, después se cerraron las importaciones y empecé a hacer montaje. La empresa creció muy rápidamente, demasiado. Yo invertía todo. Sacaba para vivir modestamente y todo lo metía en el negocio, más ayuda bancaria, y empecé a girar rápido.Para 1967 ya tenía una fábrica para hacer bolígrafos, y artículos eléctricos, como batidoras, secadores de pelo. En los noventa deje la fábrica y seguí importando hasta que en el 2002 me golpeó fuerte la crisis porque muchos clientes no me pagaron y tuve que atender yo las deudas. La verdad es que me cansé y lo dejé.
¿Cuáles fueron sus aciertos y sus errores como empresario?
Mi acierto fue encontrar productos de punta, todos franceses. Productos que hoy en día son top uno, ya sea bic, ya sea SED, son todas empresa de gran fuerza hoy en día. Mi error fue reinvertir demasiado y no frenar a tiempo ciertos impulsos. Siempre trabajé con mucha pasión y hay que trabajar con la cabeza más fría.
¿Por qué recomendaría invertir hoy en Uruguay?
Este es un buen momento de Uruguay. La parte interesante es que hay muchas cosas para hacer, y también para rehacer.La inversión en Uruguay tiene que estar relacionada con la infraestructura, que falta, o con cosas nuevas que todavía no hay, pero siempre pensando en un mercado chico y poco dinámico.
¿Cuál es la situación de la Cámara Francesa?
Ha vivido momentos un poco difíciles donde prácticamente una sola persona la mantuvo a brazo partido. Teníamos pocos socios, gente que se interesaba menos, ningún apoyo del gobierno francés hasta el año pasado.
El gobierno francés dividió el mundo en 10 puntos en donde va a apoyar s las Cámaras de Comercio. Uno de ellos está en Uruguay; en América Latina también se incluyó a Ecuador y Costa Rica. Ahora tenemos el apoyo oficial. Por eso hablamos de revitalizar el comercio con Francia.
¿Cómo puede ayudar la cámara?
Tiene un rol interesante en vincular a Uruguay con gente de Francia que quiere reinvertir en otros lados, sobre todo muchos productores chicos a los que les viene bien un mercado como el uruguayo. También a través de los Consejos Económicos de Francia en la región, podemos informar a los empresarios de allá que tienen problemas, sobre todo en Argentina, para que vengan. Desde acá se puede hacer un negocio para el exterior; Uruguay es un país muy serio y tiene vocación de servicio. Además, Francia es la puerta de entrada a Europa y podemos establecer relaciones con las cámaras francesas en ese continente.
Fuente: elobservador.com.uy