El país latinoamericano se encuentra en una transición renovable gracias a un gran respaldo institucional que va dando pequeños pasos en favor de las energías limpias. Además, cuenta con una clara ventaja: su ubicación, ya que favorece la generación de energía eólica, hidráulica y solar.
La inversión en energías renovables se ha convertido en una prioridad nacional que se ha materializado en el aumento exponencial de la producción eléctrica a través de fuentes limpias y hoy en día se habla de alrededor de un 3% de PBI destinado a infraestructuras energéticas.
Si bien el camino hacia el cambio energético se inició con un modelo público-privado, el sector público se encargó de coordinar y administrar las aportaciones nacionales e internacionales. Este modelo, en el que el ámbito privado fue la fuente de inversión desterrando así la necesidad de subsidios, fue alabado por la Agencia Internacional de las Energías Renovables.
Son muchos los logros que están en proceso de ser alcanzados: la descarbonización, la producción de hidrógeno verde para abastecer sus necesidades energéticas, la reducción de contaminación por CO2, entre otros.
Según el informe Renewables Global Status Report, elaborado por REN21, le colocó en el quinto lugar del mundo en lo que se refiere a inversión en energías limpias como porcentaje del PIB. Y si se tiene en cuenta el índice global elaborado por el Foro Económico Mundial y la consultora Accenture, en 2021, era, por segunda vez, la nación latinoamericana mejor posicionada.
Fuente: El Observador