Algunos consejos para quienes están pensando en llevar una a su casaTodo lo que pasa por la vida de los niños les deja huellas y aprendizaje. Ellos absorben de los padres la manera de hablar, el estilo de encarar las dificultades, la postura frente a la vida. Para bien y para mal, lo toman de ejemplo.
De igual forma, el mayor aprendizaje no lo incorporan de los discursos establecidos por los padres, sino de la experiencia de la vida misma. Por eso es tan importante que quienes están alrededor de los niños les ofrezcamos buenos ejemplos y experiencias de vida enriquecedoras.
En cuanto a las mascotas, es muy frecuente que se cometan errores que llevan a enseñarles cosas inadecuadas. Por ejemplo, hay personas que creyendo que acercan a los niños a la naturaleza, los llevan a cazar. Curiosa manera de demostrar amor por la vida animal, ¿no?
Otra situación preocupante son los grupos escolares que tienen una mascota y que se la llevan a casa de alguien diferente cada semana. ¡Pobre bicho! hay que imaginar el estrés, a cuantos manoseos, excesos de «cariño» o descuido está sometido. No parece ser ese el camino para enseñarles el respeto a la vida animal.
De todas formas, la mayoría disfruta tener mascotas. Algunos lo hacen naturalmente porque siempre tuvieron y tener hijos no los aleja de ellos. Mientras que para otros representa un verdadero esfuerzo al que se exponen para satisfacer a sus hijos y, supuestamente, beneficiarlos en su desarrollo.
¿Es beneficioso realmente crecer junto a un animal?
Tener una mascota es muy útil, ya que ayuda a desarrollar responsabilidad, a mejorar la comunicación sin lenguaje, y también aprenden a querer y a ser querido de una manera diferente.
Además, las mascotas tienen un ciclo vital mucho menor al humano y es probable que enferme y se muera mientras el niño aún es pequeño. Para muchos niños este puede ser su primer contacto real con la ley inevitable de la vida. Puede ser una fortalecedora oportunidad de aprender a encarar la pérdida con respeto, sentimiento y dignidad.
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No es meramente el poseer una mascota lo que favorece a los niños, sino cómo se la tiene. A veces los padres satisfacen el persistente pedido de sus hijos por tener una animalito eligiendo lo menos trabajoso aparentemente, un pez por ejemplo. Sienten que han cumplido con su hijo, pero sin cuidarlo es probable que no perdure.
En estos casos, muchos padres correrán a tirarlo por el inodoro y salir a comprar otro. Lo mismo con las tortugas, los hamsters, entre otros. Con esa actitud tan «use y tire y vuelva a comprar», el mensaje implícito no es muy bueno. ¿No importaba nada la vida de ese animal? ¿Da lo mismo uno que otro? ¿Son intercambiables?
Consejos para llevar una mascota a la casa
Pensar bien lo que implica hacerse responsable de una vida. Son muchos cuidados, por no mencionar el compromiso afectivo que empieza a desarrollarse y del que después hay que hacerse cargo.
Si tienen hijos de menos de 3-4 años, lo mejor es esperar a que crezcan un poco y puedan relacionarse con un animal de otra manera a la que lo hacen con los peluches.
Hay que enseñarles a que querer también implica entender sus necesidades y respetarlas. No molestarlo mientras come o mientras descansa. No es un juguete.
No hay que sentirse culpables si se decide no tener una mascota. Quizás por falta de tiempo, espacio o energía realmente no es la mejor opción. Si están convencidos, expliquen los motivos y es otra manera de enseñar a respetar a los animales
Fuente: padreshoy.uy