¿Cómo controlamos el uso de tecnología de nuestros hijos?Los niños utilizan con total normalidad teléfonos de última generación, computadoras y demás herramientas que tengan relación con la informática. Manejan internet mejor que los adultos y usan las computadoras para dibujar y jugar. Cada vez son más los hogares que disponen de conexión a la red, por lo cual, para los niños, es habitual contar con esta herramienta a la que acuden cuando están aburridos o necesitan investigar algo para el colegio o la escuela.
La tecnología bien utilizada es una herramienta fundamental para tener mayor habilidad y capacidad en el futuro. Cuanto antes se aprenda a tener bajo control todos los aspectos tecnológicos, mejor será la capacidad del niño para conseguir un buen empleo en el futuro.
Sin embargo, una de las desventajas más preocupantes está relacionada con el tiempo libre de los niños. La alarma se despierta cuando los pequeños prefieren quedarse a jugar con la computadora o pasan muchas horas con su teléfono celular y dejan de lado los juegos al aire libre en compañía de sus padres o de otros amigos de su edad.
El exceso de tiempo que pasen los niños frente a las computadoras o a los videojuegos puede conllevar problemas de atención que afecten la concentración del niño. Esta situación puede derivar en inconvenientes de aprendizaje en la escuela. La prolongada exposición debe estar controlada ya que la tecnología utilizada en su justa medida brinda beneficios indiscutidos.
Otro de los peligros del sedentarismo que ocasiona el estar frente a una pantalla mucho tiempo es la obesidad infantil y los trastornos de conducta tales como la agresividad, la irritabilidad, cuando se separan de la pantalla, la ansiedad y la falta de adaptación social.
Los niños, por su naturaleza, quieren aprender y absorben todos los estímulos que los rodean, para intentar entender ese mundo que es nuevo para ellos. Si a una temprana edad los acostumbramos a encerrarse en un «aparatito electrónico» para librarnos de su «inquietud», ¿cómo podrá eso afectar su desarrollo? Los padres deben tener claro que la tecnología no está diseñada para quitarles a los niños de «encima». Es un mundo apasionante, que los adultos debemos saber controlar y enseñar a las siguientes generaciones, sin que las relaciones personales pierdan a favor de las digitales. Sobre todo, es importante tratar de evitar que se encierren en un mundo digital y que no sepan distinguir entre este y el real.
La tecnología convivirá con ellos, igual que lo hace con nosotros; nuestro deber es enseñarles a utilizarla, sabiendo explicarles en todo momento los peligros y los beneficios que conlleva. Podemos ofrecerles programas o juegos educativos que puedan servirles para su desarrollo. En esos momentos es importante estar con ellos, controlarles, ayudarles y marcar algunos límites.
Profundizamos más en el tema con la psiquiatra de niños y adolescentes, doctora Natalia Trenchi.
¿Cuál es la tecnología que más atrae a los pequeños?
Las computadoras, los videojuegos y los teléfonos celulares de última generación son las herramientas que más adicción crean en los niños. Aquellos que viven en un hogar donde sus padres también utilizan estos dispositivos sin control alguno, se ven más expuestos a sufrir desde temprana edad las consecuencias positivas y negativas de su uso y abuso.
¿Qué pueden hacer los padres?
Interactuar con los hijos y nunca dejarlos solos muchas horas frente a una pantalla. Establecer horarios para que puedan distraerse y aprender, pero sin abusar. Es importante suspender el uso de estas herramientas en caso de que el menor esté obsesionado, aislado y no quiera compartir su tiempo libre con otros niños o familiares.
La tecnología está al alcance de la mano, esto es algo con lo que los padres de hoy deben lidiar. Se debe enseñar al niño a utilizarla de la mejor manera posible, así como nosotros, los adultos, también debemos aprender. Los juegos, las aplicaciones y demás están diseñados para «atraparnos». Con esa premisa en nuestro conocimiento podemos defendernos, decir: «Hasta acá llegué, por hoy». Los padres deben explicarles a los niños que el abuso de la tecnología no está mal visto por una cuestión filosófica, sino simplemente por el hecho irrefutable de que afecta a la salud. El uso de la tecnología tiene sus beneficios, como por ejemplo, el desarrollo del pensamiento rápido, la toma de decisiones inmediata, pero al mismo tiempo tiene, practicada en exceso, consecuencias que perjudican. Mientras el niño juega no escucha ni habla con las personas, no hace ejercicio ni estudia. Su cerebro se acostumbra a recibir estímulos rápidos que son contrarios a la vida cotidiana, al modo lento de accionar que tiene la palabra, o la escucha. Al niño le va a costar pasar de una onda a la otra porque su cerebro está sintonizado con lo inmediato, con los estímulos rápidos.
¿Establecer horarios ayuda a poner límites?
Es una forma de hacerlo, pero no se debe ir a la confrontación con el niño, sino que hay que llegar a establecer rutinas u horarios mediante negociaciones. Hay que explicarle que el uso de la tecnología en exceso no le hace bien, pero que sí puede jugar un rato por día. Preguntarle cuando preferiría jugar; llegar a acuerdos. ¿Por qué? Porque los padres no van a estar detrás del niño muchos más años, por lo tanto es necesario que el niño desarrolle el autocontrol. En el futuro, van a caminar por un mundo lleno de tentaciones y serán ellos los que tendrán que decir: «No».
Fuente: padreshoy.uy