KiVa, el método anti-bullying finlandés que tiene éxito en América Latina

  • hace 2 meses

El programa trabaja con la víctima, el acosador y con los testigosEn la mayoría de las escuelas del mundo existe algún caso de bullying o acoso escolar. Por ello Finlandia, que es un país líder en temas de educación, planteó un sistema para combatirlo.

Según informó BBC Mundo, A partir de 2009 Finlandia propuso un método revolucionario que conllevó a disminuir enormemente el bullying en sus escuelas.

El sistema desarrollado en la Universidad de Turku, al suroeste de Finlandia, logró eliminar el acoso en el 80% de las escuelas y lo redujo en el otro 20%.

Tras ver los resultados positivos de este programa, llamado KiVa, más de 20 países en Europa decidieron implementarlo. Hoy, distintas instituciones educativas de países de América Latina acuden a él, como Argentina, Chile, Colombia y Perú.

A diferencia de las metodologías tradicionales, KiVa no solo se centra en trabajar con las víctimas y los acosadores, sino también involucra a los testigos, según informó a BBC Mundo Francisca Isasmendi, psicopedagoga y encargada del programa en el Colegio Santa María de Salta, una de las instituciones pioneras en la implementación de KiVa en Argentina. Esto refiere a que «toma en cuenta a las personas que se quedan calladas y sufren pasivamente el acoso».

«Porque si bien a nadie le gusta ser partícipe de una situación donde se violenta a una persona, muchos chicos no saben qué hacer para salir del paso o cómo defender a la víctima», añadió Isasmendi. Los testigos con su silencio refuerzan el poder del agresor.

Según datos de CEPAL y Bullying Sin Fronteras (2014), el 32% de los estudiantes de secundaria de América Latina reconoció haber sufrido la rotura de objetos llevados a la escuela. Entre el 12 y 14 % experimentó violencia verbal y el 10% sufrió amenazas de un compañero. El 8% fue víctima de exclusión social.

La psicopedagoga explicó que cuando el entorno deja de apoyar al agresor, éste para. Es decir, para lograr que el acosador no tenga su público hay que trabajar con los observadores.

«El impacto del sistema se siente sobre todo en los acosadores, porque si cambian las actitudes de los demás, (acosar) ya no es tan divertido»
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Cuando se identifica un caso de acoso, un equipo entrenado trabaja con un protocolo específico. Éste incluye a la víctima, al acosador y a los testigos de forma individual.

«El impacto del sistema se siente sobre todo en los acosadores, porque si cambian las actitudes de los demás, (acosar) ya no es tan divertido», sostuvo a BBC Mundo Tiina Mäkelä, directora del programa KiVa del Instituto Escalae en España y entrenadora del programa en los países de habla hispana.

Por otro lado, es fundamental tener un programa preventivo. Esto trata, según dijo Mäkelä, sobre lecciones y actividades que se llevan a cabo dos veces al mes, durante 45 minutos y no se habla sobre casos particulares sino conceptos generales.

Se apunta a crear un ambiente amable, generoso y respetuoso entre los compañeros. También se les enseña a diferenciar entre un conflicto entre pares y una situación de bullying. En suma, el trabajo de prevención y concientización alcanza a los padres y a los docentes.

«Hay que cambiar la cultura, porque el bullying se toma muchas veces como algo normal y dicen ‘son cosas de chicos, que lo resuelvan entre ellos’. Y, como consecuencia, muchos chicos transitan toda su escolaridad sintiéndose mal», afirmó la psicopedagoga.

Asimismo, es importante la colaboración de las familias. «Muchas veces en América Latina, en vez de colaborar se busca a los culpables: la familia culpa a la escuela y viceversa. En vez de buscar culpables hay que buscar soluciones», agregó Mäkelä.

En el caso de Argentina, donde se involucró a la familia en el proceso, notaron grandes cambios tras un poco más de un año de ser implementada

Para Isasmendi del colegio de Salta, «es más que un programa antibullying. Es una filosofía de vida que apunta al bienestar escolar, a crear un clima de trabajo donde los chicos puedan tener tolerancia y respeto».

«Hay que cambiar la cultura, porque el bullying se toma muchas veces como algo normal y dicen ‘son cosas de chicos, que lo resuelvan entre ellos’. Y, como consecuencia, muchos chicos transitan toda su escolaridad sintiéndose mal»

Fuente: Padreshoy.uy

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