Temprano en la mañana las calles están vacías, pero de tarde los conductores se ven obligados a ir a paso de peatón. Vea el video del recorridoSalir desde Los Dedos en la parada 1 de la Brava de Punta del Este hacia La Barra a las 8:40 de la mañana significó encontrarse con una rambla desierta. La poca gente que circulaba hacía deporte o se trataba de surfistas que aprovechaban la calma mañanera para conquistar las olas.Your browser does not support iframes.El Observador realizó el recorrido y en solo seis minutos fue posible transitar los nueve kilómetros que separan ese lugar del puente ondulante de La Barra. Durante el trayecto solo circulaban –en la misma dirección– un auto, una moto, un taxi y ocho ciclistas.
Desde el puente hasta Manantiales son cinco los kilómetros, pero la cantidad de lomos de burro obligan a transitar a una velocidad menor. En ese trayecto fueron nueve los autos que hicieron el mismo recorrido, al igual que tres jóvenes que volvían del baile caminando por la principal de La Barra.
Las calles estaban vacías, los comercios cerrados, nadie cargaba combustible en la estación ANCAP de la Barra y todavía no había gran presencia de turistas en las playas. El recorrido total llevó 14 minutos.
Trancazo
La situación en horas de la tarde fue totalmente distinta, a pesar de que no fuera un día soleado que ameritara una mayor presencia de gente circulando hacia esa zona. El mismo trayecto hacia Manantiales, saliendo de Los Dedos a las 19:28, duró 34 minutos, 20 minutos más de lo que significó en las primeras horas de la mañana.
En la rambla de La Brava la circulación era más fluida, por lo que el trayecto hasta el puente demoró 10 minutos –cuatro más de lo que había llevado en la mañana–, pero desde allí hacia Manantiales demandó 24 minutos, el triple de tiempo de lo que había llevado temprano.
En ese tramo era obligado ir a paso de peatón. En la estación de servicio que de mañana estaba completamente vacía, había una fila de 14 autos, e inmediatamente luego del puente hasta el final del recorrido se debió transitar con la palanca de cambios en primera y en pocos momentos en segunda. Las panaderías estaban repletas y el tránsito estaba trancado en las dos sendas. Había motos que circulaban entre los dos carriles de vehículos y gente que cruzaba por la mitad de la calle.
El descontrol era tal que en un auto para cinco personas había nueve jóvenes adentro: el conductor, tres en el asiento de acompañante de adelante y cinco atrás.
A la entrada del centro comercial de La Barra, la banda de cumbia pop Rombai tocaba sus canciones, rodeada de adolescentes y jóvenes que escuchaban el espectáculo callejero. A pocas cuadras de allí, otra banda tocaba música en la calle, lo que provocaba aglomeraciones. No había lugares libres para estacionar e incluso había personas que decidían hacerlo en garajes o en las veredas.
El regreso sobre la hora 20 fue peor todavía. Llevó 54 minutos recorrer el mismo trayecto. Las dos terceras partes del tiempo transcurrieron entre Manantiales y el Puente de La Barra.
La situación se agrava irremediablemente entre viernes y domingo y, en particular al atardecer, momento en que la gente abandona la playa.
La Barra y Manantiales son balnearios tendencia desde hace varios años, y preferidos por los turistas argentinos, por lo que son muchos los que deciden trasladarse desde la península hacia esa zona.
En esos momentos este recorrido puede generar que se acalambren los pies de tanto tener que apretar el freno.
Los lugareños y habitués conocen atajos para evitar la avenida Eduardo Víctor Haedo (ruta 10). Uno de ellos es tomar la calle que desemboca en la estación de ANCAP, a la entrada del balneario, y acortar por caminos internos hasta el Mantra Resort Spa & Casino, para desembocar en la parada 47, casi al final del balneario, donde ya hay doble vía.
El otro atajo posible para quien conduce hacia José Ignacio es tomar el primer acceso a mano izquierda antes de Manantiales, continuar por calles casi paralelas a la carretera, hasta llegar a la ruta 104 y a la rambla a la altura de Punta Piedras.
Momentos de colapso
El director de Tránsito y Transporte de la Intendencia de Maldonado, Juan Pígola, reconoció que «hay momentos de colapso» por picos altos de tránsito, que llevan a que se generen puntos cortados por el tránsito, «algo que hace años no pasaba». El Observador pudo comprobar que los inspectores realizaban operativos de canalización cerca del puente de La Barra para controlar el tránsito.
Con la llegada del verano cada año se duplica la población y con ello se incrementa exponencialmente la cantidad de vehículos. El parque automotor de Maldonado es de 220.990 vehículos, entre motos y autos.
Solo motos, se empadronan en el departamento entre 4.800 y 5.000 motos por año, por lo que las autoridades departamentales estiman que hay en promedio una por habitante, independientemente de los autos .
En verano se agregan alrededor de 60 mil autos de turistas con respecto a la cantidad de ciudadanos fijos del departamento, según estimaciones municipales.
Fuente: elobservador