En su primera entrevista conjunta de cara a un proyecto de US$ 120 millones en Puerto Madero, analizan el mercado inmobiliario, la realidad del país y la agenda de prioridadesSe conocieron por casualidad. Eduardo Costantini, fanático del windsurf, estaba haciendo una travesía desde José Ignacio a su casa en Punta del Este. De pronto se quedó sin viento. Dejó el equipo y semimojado fue a la ruta a buscar a alguien que lo acercara a su casa. Hizo dedo y quien lo levantó fue Alan Faena. «Yo te conozco», disparó Faena mientras el creador de Nordelta se subía al auto que lo conduciría hasta la puerta de su casa.
Pasaron 20 años desde esa anécdota y es el primer recuerdo que tienen el uno del otro. Ambos nacieron «individualizados», según resumen en su primera entrevista juntos, con relación a sus carreras. Costantini arrancó en el mundo del real estate en 1991 y Faena, a principios de 2000, después de su paso por la moda. «Siempre vi en él un desarrollador tipo OVNI que tuvo la sensibilidad de convocar a grandes arquitectos-diseñadores. Vino con una vuelta de tuerca muy superadora respecto del estándar que había en la Argentina; creó el Faena, que fue para todos los argentinos sorprendente desde lo estético. Y nosotros tratamos de tener sensibilidad con el valor estético de cada proyecto; no se trata de una maximización de los metros cuadrados», describe Costantini desde el piso 28 de Catalinas Plaza. Faena lo mira y asiente.
Los amplios ventanales dejan entrar el sol que se refleja sobre el Río de la Plata y permiten ver una de las postales más lindas de la ciudad. Faena vive hoy en Miami, lugar en el que ambos apostaron fuerte. El primero, con el Faena Art District, donde invirtió US$ 1000 millones junto a su socio ucraniano Len Blavatnik, y Costantini, con Oceana Key Biscayne y Bal Harbour.
«Nos juntamos por los intereses comunes y vamos a trabajar en la concepción creativa de un edificio de 26.000 metros cuadrados propios, pero en total son más de 40.000 metros», anticipan. El proyecto Oceana Puerto Madero se ubicará en el último terreno disponible del Dique 2 de Puerto Madero y demandará una inversión de US$ 120 millones. Serán dos edificios residenciales con una plaza pública y un programa de arte público.
Consultatio adquirió el predio por US$ 44 millones, en condominio con «Consultatio Inmobiliario Fondo Común de Inversión Cerrado Ley 27.260» (la propiedad se divide en 80 y 20%, respectivamente) y estará a cargo de su desarrollo. Alan Faena colaborará en su diseño y concepto creativo.
-¿Qué lo decidió a invertir unos US$ 120 millones ahora?
-Costantini: Creo que se está viviendo un período bueno para la inversión inmobiliaria y que ese período en realidad arrancó en 2015, porque un año antes de las elecciones la gente y los inversores previeron que el cambio que se produciría iba a ser para mejor, con un gobierno que se haría cargo de los desequilibrios de la macroeconomía. Efectivamente se produjo el cambio, y si bien hay inconvenientes razonables, la Argentina ha mejorado la calificación y se ha insertado en el mundo; hemos accedido al crédito internacional, las tasas de interés han bajado, las expectativas van para mejor, con el aumento de los bonos, el valor de las empresas y la quietud del dólar.
-¿Cómo juega la inflación en este contexto?
-Costantini: Hacia futuro va a ser muy importante lograr bajar la inflación. Pero la gente está con buen ánimo, buena expectativa, y desde 2015 venimos experimentando un sostenido valor de venta. El de 2015 fue un cambio vertiginoso respecto a años anteriores; 2016 lo convalidó y 2017 sigue comportándose de la misma manera.
-La variable competitividad empezó a aparecer con fuerza en el diccionario local: ¿qué le falta al país para ser más competitivo?
-Faena: Creo que hay que ser más competitivo con cualquier proyecto que hagas; para tener balance de calidad, de precio, de sofisticación, con otros proyectos y con el mundo. La competencia en el mundo es mucho más grande. La experiencia de Miami me dejó, como argentino, el saber que somos extremadamente creativos, y en poco tiempo hemos conquistado el mercado. Y la gente admira esa calidad, esa visión y creación que nosotros representamos como argentinos y que marcó una tendencia muy clara en Estados Unidos. Yo siempre me enorgullezco de poder llevar esa bandera. No importa dónde hagas ese proyecto: siempre tiene que ser impecable.
-¿Cómo ven el tipo de cambio, con un dólar hoy por debajo de los 16 pesos?
-Costantini: Yo a la Argentina la veo cara. Me parece que el dólar está atrasado claramente. El Gobierno está priorizando bajar la inflación. Lo ven como un período de transición hacia una tasa de inflación menor; que la economía empiece a levantar y que ahí el tipo de cambio, a mediano plazo, logre un valor más razonable. A su vez, creo que el Gobierno está pagando la mejora de productividad, para bajar costos. Es una batalla de mediano plazo y ellos están enfocados en esa dirección. Pero sí, el número está atrasado.
-¿Qué pasa al comparar con otros países de la región?
-Costantini: Si comparás el costo argentino con el costo chileno, ¡o el nivel de apertura!, el propio ministro de Producción dice que somos el país más cerrado, mientras que al cruzar la Cordillera te encontrás con el país más abierto. Pero eso no invalida este proyecto, porque las familias, los inversores se manejan por expectativas. Está claro que ese costo argentino, en relación al tipo de cambio, va a seguir aumentando por lo menos en el corto o mediano plazo. Y la Argentina tiene que trabajar para mejorar su sobrecosto, pero ese es un camino más de largo plazo. Debemos ser realistas con lo que ocurre.
-¿Qué distingue al argentino como consumidor?
-Faena: No veo una distinción. El argentino es muy cosmopolita. Cuando realicé el proyecto de El Porteño, o un poco cuando desarrollé el proyecto residencial en Miami, busqué a la gente que tuviera una visión global, que viajara por el mundo, gente que, sin importar dónde viviera, estaba buscando una calidad urbanística, arquitectónica, de diseño y de calidad de vida. Al edificio de Foster [se refiere el Faena Aleph, un proyecto desarrollado en Puerto Madero] lo pensé con una premisa muy elemental: me basé en la forma en la que vivía en la playa, en un rancho con aleros. Está basado en una semilla muy simple. Trato de trabajar en cosas simples pero con visiones profundas. En un momento, pensaba: a esa gente que estaba buscando para pagar valores tan caros, ¿le gustará esta simpleza con la que yo puedo vivir en la playa? Creo que fue lo que más les gustó: abrir sus ventanas y que pueda entrar el aire. Pensado como en mi alero, donde yo pasaba el 80% del tiempo afuera.
-¿Cuál es el techo que tiene el precio del metro cuadrado en la Argentina?
-Costantini: Nosotros pensamos largar la nueva iniciativa este año. Si llegamos con los tiempos, antes del receso del verano. Si no, pasará a marzo. Depende de la terminación del proyecto o del anteproyecto. De modo que poner un precio hoy, con el dinamismo que tiene la economía, y con la especificidad del proyecto, creo que sería aventurado.
-¿Por qué decidieron unirse?
-Faena: A mí siempre me gustó rodearme con las mejores mentes, con los que van empujando los límites del sistema, porque hay gente tocándolo y empujándolo desde el arte, los sabores, etcétera. Lo que está marcando la diferencia es la experiencia. Las marcas están sufriendo los cambios del retail, porque realmente marca la diferencia el que puede ofrecer una experiencia, y en eso nos caracterizamos nosotros. Ser precisos, ser competitivos en la calidad y en el precio, ésa es la clave.
-¿Hay margen en la Argentina para que siga subiendo el valor de las propiedades?
-Costantini: Creo que depende de la calidad de la propuesta. En nuestro caso, los dos estamos llevados por la calidad. Vos siempre ves los costos para que la propuesta sea razonable, y después, si la propuesta es buena, el precio se paga. No todo está marcado por la diferencia de costos. En Miami, los dos hicimos proyectos con un nivel de precios elevados, más que en otros lugares.
-¿Cuánto les preocupa el ecosistema argentino? ¿Cuáles son los tres principales desafíos de la actual gestión?
-Costantini: La transparencia es fundamental; la corrupción, tanto pública como privada, es algo que me parece súper importante como tema a trabajar. Eso es esencial en la Argentina, y nuevamente comparo con Chile: los argentinos somos inteligentes, pero el tema es dónde ponés el objetivo. Con un sistema corrupto jamás vas a ser eficiente. Si le hacés trampa a la democracia constantemente, la cosa no va a funcionar. Para mí, es algo cualitativo. Si no, pierde eficacia todo el contrato social.
-¿Qué pasa con los precios y su evolución?
-Costantini: Desde luego, la inflación es muy importante: esconde las inconsistencias del sistema. En definitiva, la agenda política está reducida a las relaciones con los empresarios, los sindicatos, los cuentapropistas. Eso lleva a una lucha por la redistribución. Por eso es fundamental [solucionar el tema de la inflación] para recrear el valor de la moneda, para que resurja el ahorro y se muevan los capitales. Y después, el tema de la pobreza. Son condiciones necesarias para abordar el camino del crecimiento. Tenemos que lograr un acuerdo social a partir de esas convergencias. La Argentina siempre ha tenido divergencias; nunca hubo 20 o 30 años de camino consistente.
-Desde su perspectiva, Faena, ¿son ésas las prioridades?
-Faena: Creo que el argentino es supertalentoso, creativo, empujador en sus ideas. Cuando vas afuera, ves argentinos bien ubicados en las compañías porque saben adaptarse a otros sistemas. El sistema corrupto que nos acompañó durante tantas décadas hace que se pierda el agua entre los dedos. Conlleva la pérdida de talento y hace que no se pueda construir ese edificio que es el país. Mi visión es que, poniendo hincapié en hacer un sistema que construya hacia arriba y no hacia abajo, se va a permitir que el talento y la capacidad argentina sigan. Porque eso es intachable y nos permite generar una visión y una atención del mundo. Esperamos que se vaya ahora en el sentido correcto.
-¿Cómo consideran que juega el rol del empresario en este contexto?
-Costantini: Para mí, el empresario es una persona creativa, optimista, que tiene una idea, un norte, una consistencia, que debe tener valores, que son fundamentales, y que debe ser permeable a los cambios para aprender de los nuevos paradigmas e integrarlos. Sobre todo el empresariado, por la posición de poder y la movilización que genera en la sociedad a través de los proyectos, debe integrar valores. Todo se conjuga, porque la concepción tradicional del empresario, que viene de la teoría de Marx o del comportamiento primario, hablaba de maximizar la utilidad a pesar del otro. Es decir, vos ganabas más si el asalariado ganaba menos. En cambio, hay que hacer un click con eso y ver que vos sumás más si todos suman más. Yo tengo una visión constructiva y optimista, y creo que se pueden armonizar todos esos intereses.
Definiciones de dos hombres de acción
Costantini y Faena dialogaron de sus proyectos y del país
Eduardo Costantini
«Me parece que el dólar está claramente atrasado; el Gobierno está priorizando bajar la inflación»
«Los argentinos somos inteligentes, pero el tema es dónde se pone el objetivo»
«El empresariado, por su posición de poder, debe integrar valores»
Alan Faena
«Siempre me gustó rodearme con las mejores mentes, con los que van empujando los límites»
«El sistema corrupto que nos acompañó por décadas conlleva pérdida de talento»
«Afuera ves argentinos bien ubicados en compañías, porque saben adaptarse»
Minibio
Eduardo Costantini
Presidente de Consultatio
Edad
70 años
Trayectoria
Fue agente de Bolsa y VP del Banco Francés, fundó Consultatio Asset Management y con su desarrolladora lleva invertidos más de US$ 3500 millones en proyectos de real estate. Creó Nordelta, una ciudad-pueblo en la que viven 35.000 personas, y Puertos en Escobar, entre otros emprendimientos
Minibio
Alan Faena
Emprendedor
Edad
54 años
Trayectoria
Lanzó la marca de ropa Via Vai, con la que llegó a facturar US$ 35 millones por año; destinó unos US$ 450 millones al desarrollo de proyectos inmobiliarios en Puerto Madero. En Miami gestó, junto a su socio Len Blavatnik, el Faena District, un proyecto que sumó desembolsos por US$ 1100 millones
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