Charlas Location es un ciclo de entrevistas en vivo que realizamos en nuestra cuenta de Instagram.
El 29 de julio realizamos una entrevista exclusiva con Carlos Marasco, que con un Master en Desarrollo Inmobiliario y una vasta experiencia en el rubro, nos cuenta su visión de la temática. Estos fueron los puntos principales de la charla:
¿Qué te han dejado todos estos años de trabajo?
«Lo más importante que me dejó son satisfacciones. Poder trabajar en algo que te gusta y que te apasiona, es una bendición. Eso lo fui encontrando de a poco, nunca tuve una vocación marcada, no es que a los 17 dije “voy a hacer barrios y voy a correr carreras”. No, no tenés ni idea de lo que te va a pasar y está bien, porque así funciona.»
«Me vine a vivir acá y realmente no sabía lo que iba a hacer. Vine de aventurero, porque yo trabajaba en una empresa en Argentina, de un señor que tenía mucha tierra en Uruguay y en un momento dado me dice “¿Quérés venir a Punta del Este?”. Para mí era lo menos Punta del Este, a mí me gustaba la montaña, la Patagonia, no quería. Y cuando vine descubrí algo maravilloso, dije “Qué lindo este lugar, qué lindo país, qué buena la gente”. Es impresionante cómo te podés conectar con personajes que en Argentina no tenés ni la más mínima oportunidad de contactar. Y acá arranqué con esta persona que tenía mucha tierra y no sabía qué hacer con ella y yo vi una veta de decir “bueno, esto es un negocio inmobiliario”. Y gracias a esta persona hice un Máster en Desarrollo Inmobiliario y mi tesis fue El Quijote, que fue el primer barrio cerrado de chacras de Punta del Este.»
¿Cómo cambio Punta del Este desde que llegaste hasta hoy?
«Yo cuando llegué acá me sentía Robinson Cruseau sin Viernes. El invierno era terrible, a mí no me importa el frío, pero esto era duro, era muy duro. De hecho yo los tres primeros años, me fui todos los fines de semana en Buenos Aires. Yo jugaba al rugby en un club en Buenos Aires, entonces una de las condiciones laborales que puse fue que yo me iba el jueves y volvía el domingo. Porque no encontraba qué hacer un fin de semana acá. Viví esa doble vida porque no había gente para armar grupos de amigos. Después de eso, ya a los tres años empecé a encontrar un grupete de amigos, porque vivía en La Barra y había una comunidad ahí.»
«Un detonador del crecimiento, para mí, fue el Conrad. Fue un detonador del cambio de vida acá, dio muchas fuentes de trabajo y generó un movimiento económico que Punta del Este no tenía. La cantidad de gente que vivía del Conrad es increíble, todos, las personas e incluso los comercios.
Otro cambio grande fue el shopping, que nos trajo los cines. Y después mucha gente que ha venido a probar una vida acá. Muchos se han quedado y muchos se han ido. Hablo de argentinos como yo, que vinieron después, y fueron armando una comunidad. No había colegios bilingües en Punta del Este, el primero fue el Saint Catherine.
Hoy encontrás una oferta de todo tipo, lo que pasó con la pandemia fue terrible. Mucha gente descubrió que podía vivir en Punta del Este, montevideanos incluso. Vieron que acá había una vida diferente. Muchos argentinos tuvieron la posibilidad de venir en pandemia y se quedaron y compraron. Ellos han movido el mercado inmobiliario y vinieron con ideas, con ganas de hacer cosas.»
El rugby: su relación con el deporte que lo formó
“Nosotros arrancamos con el Club (Lobos), utilizando el rugby como una herramienta para que los chicos tuvieran una visión diferente del deporte y de la vida. Dimos clases en el Kennedy, dimos muchos años al Liceo 4 y algunos otros liceos. Hicimos algún otro proyecto para dar clases en escuelas públicas y un grupo, se pusieron a dar clases de rugby en Las Rosas, en la cárcel. Armaron un equipo, que es Fénix, replicado de lo que pasó en Argentina con Los Espartanos, y estos pibes ahora están, no solamente jugando al rugby, sino también haciendo galletitas. Y esas pequeñas cositas son satisfacciones, para los que lo hacen y para los que forman parte de la comunidad del Club.”
“Lo que descubrí con el Rugby es que si le ponés ganas, sos buenísimo, porque es puro corazón. Y todos tienen un lugar, el gordito, el peticito, el chiquito, el rápido, el habilidoso, el alto, todos tienen un espacio. Eso te da un diferencial que es impresionante. No van a jugar los mejores, van a jugar todos los que se lo merecen, los que vinieron a entrenar e hicieron un esfuerzo. Eso es muy importante, porque hoy en la sociedad no está valorado el esfuerzo y menos para los chicos.”