Octubre 13
Esta ciudad se transformó en uno de los polos gastronómicos y de diseño más importantes de Latinoamérica
Por Cecilia Custodio desde Buenos Aires
A los uruguayos siempre nos gustó cruzar el charco y pasar un fin de semana gastronómico y de compras, es una costumbre muy arraigada. Y tan acostumbrados estamos, que tal vez hayamos perdido de vista la transformación que fue experimentando Buenos Aires delante de nuestros ojos. La hermana rioplatense se fue convirtiendo –y sigue haciéndolo a pasos grandes- en uno de los polos gastronómicos y de diseño más importantes de Latinoamérica. Muchas cosas están pasando ahí, y lo mejor es que ¡la tenemos al lado!El punto es darse cuenta que Buenos Aires ya no es más el Palacio de la Papa Frita, Florida y Lavalle, el Obelisco, Once y Santa Fé, o tal vez experimentar algún outlet y dar una vuelta por Palermo Soho sin saber bien qué ver o dónde sentarse en el mar de opciones existente. Hoy, con una buena guía, es posible pasarse un fin de semana en un Buenos Aires que no tiene nada que envidiarle a las grandes capitales europeas e incluso a New York. Para nosotros los uruguayos, que más o menos venimos entendiendo la conversión del peso argentino al uruguayo, cómo manejarnos con el ‘blue’ y demás, no debería haber mayores dificultades con la moneda ni con movernos como locales. Dicho esto lo otro que hay que tener en cuenta hoy en día en Buenos Aires es que son varias las locaciones donde podemos ir a parar para degustar gastronomía de todo tipo y en todos los formatos.
Argentina ha pasado a formar parte del selecto grupo de ciudades que albergan restaurantes de la lista de los ’50 mejores’ restaurantes del mundo y eso los coloca en el mapa de turismo foodie inmediatamente.
Hay que abrir la cabeza y no quedarse solamente con lo que conocemos de las últimas incursiones que hicimos a la vecina orilla. Buenos Aires está viviendo un momento de explosión culinaria y en el momento que está saliendo a la calle esta nota, ya se lanzaron más y más propuestas nuevas para salir a comer, beber y comprar.
Argentina ha pasado a formar parte del selecto grupo de ciudades que albergan restaurantes de la lista de los ’50 mejores’ (restaurantes del mundo) y eso los coloca en el mapa de turismo foodie inmediatamente. Y más allá de estar o no en la lista, la propuesta es enorme, y como enorme que es, a veces puede volverse complicado cuando tenemos tanto para elegir. La gastronomía, el diseño y la cultura vienen tomados de la mano, y Buenos Aires no es la excepción si tomamos en cuenta las nuevas propuestas culturales para conocer y disfrutar. Away realizó una recorrida cultural y gastronómica para ayudar a sus lectores, siempre ávidos de novedades; aquí va la primer parte.
Ubicarse en el espacio
Es fundamental tener un mapa a mano para trazar un circuito, ubicarnos y no estar yendo para arriba y para abajo sin un criterio: el tiempo es uno y hay que optimizarlo. Si miramos el mapa que en general entregan en los hoteles y centros de información (en los shoppings siempre hay), se puede establecer una media luna que va desde San Telmo hasta Belgrano. Es una gran extensión y sería demasiado pretencioso pensar en abarcar todo en un solo fin de semana pero vale la visualización para tener claras las zonas de interés (de esa manera cada uno lo administrará a su gusto). Los taxis siguen resultando económicos para el bolsillo uruguayo, o sea que si elige esa manera de desplazarse no le significará un costo sustantivo. Como siempre también está el subte, los buses y ahora está el Metrobus, que transita a lo largo de 9 de julio y puede resultar muy práctica para moverse en el microcentro porteño.
San Telmo, Centro y Puerto Madero.
Luego de la explosión de Palermo (Soho y Hollywood) existe hoy un corrimiento y gran expectativa en recuperar el movimiento de otrora de estos clásicos que son el Centro (microcentro), San Telmo y Retiro. (En la próxima edición de Away presentaremos las sugerencias en las zonas de Recoleta, Barrio Norte y Palermo).
Para los que sólo piensan en San Telmo por la feria de los domingos tenemos una noticia: hoy es uno de los barrios más ‘cool’ de Buenos Aires. Zona de diseño, de gastronomía y milonga, donde convive el antes y el ahora, el negocio de hace 50 años con el local más ‘trendy’. Hostels que se llenan de viajeros mundanos, sus angostas veredas transitadas por turistas de los que saben bien lo que quieren, y un ambiente muy cosmopolita, hace que San Telmo hoy sea uno de los paseos obligados.
El circuito a pie es muy sencillo de recorrer. La calle Caseros, entre Bolívar y Defensa es una hermosa cuadra soleada donde se instalaron pequeños restaurantes y cafeterías al mejor estilo Upper West Side de New York, donde tomar licuados y jugos naturales, comer un tentempié dulce o salado, o hacer una de las comidas principales. Hierbabuena es uno de los recomendados, y su licuado «Big Apple», de manzana verde, aloe vera, jugo de uva y hierbabuena no tiene desperdicio.
Para quienes disfrutan del arte son varias las recomendaciones en un radio de pocas cuadras a pie en San Telmo: el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires), de los más recientes en ser construidos y el MAMBA (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires). Y porque el diseño hoy ya no es cuestión de algunos se han instalado pequeños y exquisitos negocios donde comprar objetos únicos, de todo tipo y por precios muy adecuados, desde muebles reciclados hasta imanes para la heladera, de todo para volverse loco mirando y comprando. Se puede establecer un radio que va entre Humerto I y Avenida Independencia, y entre Defensa y Bolívar.»Mid Century» es un recinto donde quienes se subieron al tren de lo ‘midcentury’ pueden sufrir una taquicardia por el deseo de quedarse con todo lo que se exhibe. «Cualquier Verdura» es una casa (literal) donde cada ambiente (baño, cocina, living, etc) exhibe objetos vintage (todo a la venta) propios de cada ambiente. Es un viaje en el tiempo donde pasarse un buen rato. «Tienda Palacio» es un lugar donde encontrar miles de objetos de decoración, muy pop, de todo tamaño y tipo. «L’Ago» es como entrar en una especie de set de Tim Burton, mucho color y donde querer comprar todo. El Mercado de San Telmo, en la calle Bolívar, esquina con Carlos Calvo, es un lugar muy interesante para conocer y donde tomarse un café en el centro del mismo, en Coffee Town. También por Carlos Calvo se encuentra Casa Borja, el nuevo restó del vasco Borja Blázquez, donde también se dictan cursos de cocina.
Buenos Aires no sería tal si no pisamos el Centro, que a los uruguayos nos gusta mucho utilizarlo como punto de partida para movernos hacia cualquier lado. La zona, que venía un poco desgastada, ha recibido ciertos impulsos como el del nuevo sistema de transporte con carriles exclusivos para ómnibus que se construyó sobre la Avenida 9 de Julio. Son 17 estaciones en 3,5 kilómetros de extensión, por los que circulan once líneas, en un recorrido muy similar al de una de las principales líneas de subte. Otra de las novedades de la zona es el Centro Cultural Néstor Kirchner, donde muere la calle Sarmiento, entre la Avenida Eduardo Madero y la Avenida del Paseo Colón.
En el ex Palacio de Correos, más de 100 mil metros cuadrados con dos salas de conciertos, seis auditorios, 40 salas de exposición y el primer mirador público de la ciudad es una muy buena propuesta (con entrada libre) de jueves a domingos de 14 a 20 hs. Una de las salas más concurridas es la «Eva Perón», donde se exhibe la recreación de los objetos que la esposa del presidente Juan Domingo Perón, regalaba a los necesitados. Además se pueden ver cartas que le fueron enviadas y algunos objetos originales. El gran punto de atracción es la sala de conciertos «La Ballena Azul», con capacidad para 1.750 personas, y la cúpula, desde donde se puede ver toda la ciudad. Infaltable es la selfie frente a «La Gran Lámpara», una estructura vidriada colgante sostenida desde un entramado de vigas Vierendeel.
Otro de los lugares a los que cada vez que se decida viajar a Buenos Aires hay que chequear su programación es el Centro Cultural Borges, en Viamonte 525. De las mejores exposiciones de fotografía y pintura itinerantes del mundo han pasado y pasan por este lugar, con una entrada de 40 pesos a las exhibiciones ‘estrella’ (el resto se pueden ver sin costo). Uno de los ingresos es por Galerías Pacífico, lugar que siempre es recomendable para hacer compras en pleno centro, o para hacer un tentempié en la mitad de la tarde, con un café y un bocadito dulce. Para un almuerzo de dioses, sobre la calle Bernardo de Irigoyen 366 (hasta Avenida de Mayo es Carlos Pellegrini y luego se convierte en B. de Irigoyen) esquina con Moreno, se encuentra Deltoro.Siguiendo la moda de las hamburgueserías gourmet en las grandes capitales, Deltoro es ‘el’ lugar donde degustarlas en el centro de la city: carne picada en el lugar cada día (vacuno, cerdo, cordero o veggie), acompañamientos como queso brie o azul, rúcula, berenjenas asadas, cebolla caramelizada, mostaza a la miel -y varias opciones más-; o los clásicos y siempre queridos panceta y jamón, entre dos panes hechos por panaderos, vale cada uno de los 160 gramos de esta hamburguesa con ‘upgrade’. Y lo que siempre debe estar junto a la hamburguesa: unas papas rústicas o souflé para morir comiendo.Con otras opciones como ensaladas o sándwiches, los comensales serán servidos en la barra, en mesas, o en una mesa comunitaria (concepto que impuso la belga ‘Le Pain Quotidien’ para hacer amigos mientras se desayuna), en un lugar con una estética muy Brooklyn, de diseño cuidado, iluminación industrial, ladrillo a la vista y cemento alisado. Su fachada roja (con mesas en la vereda) resalta en el gris de la gran urbe. Deltoro también ofrece desayunos: con café Illy, medialunas, tostadas, yogurt con granola y ensalada de frutas. Y cuando cae la tarde happy hour de cerveza tirada artesanal en las variedades ‘blonde’ e ‘ipa’, para quienes gustan de salir a tomar algo ‘after office’ (recomendación férrea de Away en las grandes ciudades para sentir la vibración local), cuyos días más concurridos son los jueves y viernes. Su propietario, Pedro Bello, recomienda la «Belmonte con papas soufflé» (queso brie, rúcula y cebolla caramelizada).
Lo que está sucediendo desde ya unos años atrás en Buenos Aires es que el arte de la coctelería ha vuelto a seducir. Y lo que otrora se servía en reductos nocturnos sin más, hoy se transformó en una experiencia integral. Los bares de copas se volvieron lugares de moda, donde encontrarse con gente linda, degustar excelente gastronomía y escuchar música de dj, además de los clásicos – y también exóticos- tragos que ofrecen las extensísimas cartas.
En el Centro (en la zona de Retiro), a metros de la Plaza San Martín (Maipú 981) se encuentra Shout. Una casa de estilo francés fue la propuesta de dos referentes de la coctelería porteña, Sebastián Maggi y Santiago Lambardi, donde brindan tragos de autor, una gran carta de vinos y cocina a las brasas, con buena música y un ambiente relajado.
La gran barra de madera es el lugar preferido para el ‘tapeo’ y los tragos. Pero Shout posee un salón de una atmósfera muy tranquila para una cena íntima, y una terraza para las noches cálidas que invita a pasarla en grande. La carta de cócteles de Shout es muy divertida por los nombres arrabaleros de muchos de sus tragos: Canillita, Bolonqui, La Yeta y Gigoló, entre otros. Recomendación de la casa: «Bolonqui»: Pisco Mistral Nobel, Bitter Peach, vinagre de Jerez, peras a la parrilla y azúcar rubia. La propuesta de vinos posee un rasgo único en la ciudad, un innovador sistema de dispensación inteligente, desde una máquina que controla de manera precisa la temperatura de cada vino, conservándolo en perfectas condiciones. De esta manera se pueden degustar ejemplares muy costosos, nuevas añadas, vinos ícono o algunas joyas de la vitivinicultura por copa o media copa. La propuesta de bebidas se acompaña de exquisiteces creadas por el chef Javier Hourquebie, ya sea menú de tres pasos o bocados más sencillos para acompañar los tragos.
Otro de los lugares más buscados, que apostaron también a la zona, para tomar tragos y disfrutar de buena gastronomía es BASA, del otro lado de la Plaza San Martín, Basavilbaso 1328, entre Libertador y Juncal.
Puerto Madero es otro de los puntos fundamentales en la zona. El paseo lo vale, y sobre todo en la época que se viene hay varios lugares interesantes para visitar y pasar el rato. Una de las novedades es poder apreciar su enormidad desde el agua, como se estila en el Támesis o en el Sena; sólo que la propuesta porteña es hacerlo en góndolas al estilo Venecia. El paseo dura aproximadamente una hora desde la estación de embarque en Olga Cossettini y Macacha Güemes (frente al Hotel Hilton), y va recorriendo los diques de Puerto Madero. Las embarcaciones de línea elegante y eco-turística fueron realizadas respetando la estética de la tradición veneciana y, a su vez, en armonía con el ambiente.