El fundador de un famoso portal de viajes norteamericano explica por qué quienes visitan la región deben dejar Uruguay para lo último: no querrán empacar sus maletas de nuevo.Bajo el título de «La abundancia del ser en Uruguay», el fundador de TravelLight.world, Louis Amoroso, describe a nuestro país como el «secreto mejor guardado» en América del Sur de los norteamericanos que buscan la tranquilidad del sol y la arena.
Amoroso, quien realizó una maestría en Psicología Espiritual en la Universidad de Santa Mónica y ayuda a organizaciones y personas en una transición hacia mayores niveles de éxito en su vida personal y profesional, cita a Wayne Dyer (psicólogo y autor de libros de autoayuda estadounidense), que una vez dijo que «la abundancia no es algo que adquirimos, sino algo con lo que sintonizamos».
Amoroso señala entonces, en un artículo publicado por el Huffington Post, que la abundancia es algo que co-creamos. Y que la abundancia del ser puede ser fácilmente encontrada en Uruguay.
El autor cuenta que hace un tiempo fue invitado a conocer la Bodega Garzón (Maldonado), y fue entonces cuando visitó nuestro país durante cuatro días: «Esa experiencia cambió completamente mi concepto de abundancia».
Y no demora en decir a los lectores que éstos podrán pensar: «¿Uruguay? ¿Qué es tan bueno en Uruguay? No está en mi lista de lugares, no hay nada allí».
«Esa es la razón por la que deberían ir», asegura Amoroso.
«Mirando un mapa en blanco, muchos tendrían dificultades para identificar dónde está el país», dice, y agrega luego que es por eso que personalidades como Mark Zuckerberg, Leonardo DiCaprio o Shakira frecuentas las playas uruguayas. «Ellos pueden encontrar una paz relativa, tranquilidad y una dosis de anonimato», añade.
Luego hace un repaso por varios lugares que los turistas no pueden perderse: desde el centro de Montevideo hasta Punta del Este, donde menciona especialmente el monumento a los dedos, José Ignacio, Posada del Faro o el restaurante La Huella.
También señala que especialmente Jose Ignacio, es uno de los puntos que se transforma en uno de los lugares de moda, donde los comensales esperan horas para conseguir una mesa y donde la presencia de supermodelos no es extraño.
El autor recomienda «recorrer la zona en bicicleta, comer algo de fruta al lado de la piscina en las mañanas y leer algún libro sin sentir que necesitás estas en otro lado que en el que estás en ese momento».
«La oportunidad de ´ser´ versus ´hacer´ fue como comida para mi alma famélica», confiesa. Y cuenta que «al vincularme y compartir el pan con mis compañeros de viaje, he experimentado más conexión que con el iPhone más inteligente o con el más delgado portátil. Me sentí abrumado por una sensación generalizada de gratitud y calma».
«Me di cuenta del contraste que era estar en Uruguay con la velocidad en que vivía mi vida en Estados Unidos. Vivir más plenamente no depende de cuántos correos electrónicos extra puedo exprimir o cuántos diapositivas de PowerPoint puedo crear. La abundancia de ser se manifiesta cuando me desacelero para estar presente y sintonizar mi yo con los demás», dice el autor.
«Es un estado mental que existe donde menos lo esperamos, y no se anuncia. Debemos sintonizar», concluye Amoroso, asegurando que en Uruguay se logra esa «la abundancia del ser».
Fuente: elpais.com.uy