Cuando era niña Quantum Leap era uno de mis programas favoritos. Su concepto era absurdo, pero su formato resultaba divertido: un experimento para viajar en el tiempo que había salido mal obliga al Dr. Sam Beckett a “dar saltos” para aterrizar en cuerpos diferentes en distintos momentos históricos. Al comienzo de cada episodio Beckett se despertaba en una situación nueva y tenía que armar el...