Hablar en público es una de las experiencias más difíciles de atravesar. Muchas veces aparecen síntomas inesperados como sudoración, respiración agitada, garganta seca o cerrada, balanceo corporal, enrojecimiento facial, angustia, mente en blanco, y lo peor de todo: ganas de salir corriendo.Pero a no preocuparse. Todo esto es normal y se puede controlar y superar ¿Cómo? Entrenando. Nadie puede...